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Owni, la vanguardia francesa del periodismo de datos

In Paladar mostaza on 25 marzo, 2011 at 9:32 PM

De vez en cuando se generan grietas interesantes entre las novedades del surgimiento de medios digitales. Acá una nota de El País sobre lo último que se vio volando por los cielos digitales.

Su nombre lo dice todo: Owni es un verdadero objeto no identificado en el panorama mediático actual. Esta web francesa de periodismo digital, nacida hace apenas dos años, es un cúmulo de peculiaridades.

Mientras el resto de medios siguen buscando la rentabilidad en Internet, bien mediante la suscripción o la publicidad, Owni ha optado por ser completamente gratuita y prescindir de los anuncios. Además, en su redacción trabajan de forma totalmente integrada -y en aparente (e inusual) armonía- periodistas, programadores y diseñadores.

Parece fortuita, o al menos poco planificada, su mutación de agregador de blogs para geeks en web de referencia mundial del llamado «periodismo de datos«. Son pioneros en ese intento de representar en la red de manera clarailustrativa una información confusa. Y, también, en inventar instrumentos que permiten a los internautas rastrear toneladas de informes en la red, al estilo Wikileaks.

«Trabajar gratis tiene mucho sentido desde el punto de vista económico», subraya Nicola Kayser-Bril, quien, con apenas 25 años, encabeza el equipo de cinco data-periodistas de Owni, encargados de «transformar las ideas de la redacción (15 periodistas en total) en proyectos que los developpers puedan plasmar». Augura que, como poco, la compañía logrará este año multiplicar por cinco los ingresos de 2010 (460.000 euros), con un equipo que ha pasado de 8 a 37 personas en solo un año.

Su planteamiento es sencillo: la compañía fundadora de Owni, 22Mars, vende muchos servicios comerciales especializados en la Red: aplicaciones, páginas web, formación, consulting sobre estrategias online

Owni fue concebida, en abril 2009, como el apetitoso escaparate, gratuito por supuesto, para captar clientes con sus artículos de fondo (no sigue al minuto la actualidad), acompañados de llamativas ilustraciones y diversas aplicaciones de periodismo de datos. «También nos permite adquirir una experiencia en la web a coste cero», añade Kayser-Bril, periodista y autodidacta programador web, licenciado en Economía de una prestigiosa universidad francesa. Owni sirve así de laboratorio de investigación a su equipo de creadores, quienes luego rentabilizan su savoir-faire.

Como ejemplo de los jugosos beneficios del trabajo gratuito, Kayser-Bril cita la colaboración de Owni con Wikileaks. El equipo francés creó unaherramienta abierta a los internautas para que rastreasen y catalogaran los miles de documentos sobre las guerras de Irak y Afganistán. «Nos permitió innovar, y trabajar mucho con el crowd-sourcing«, dice. «Ahora acabamos de vender una aplicación donde hemos usado gran parte de esta experiencia.»

El abanico de clientes de Owni abarca desde la presidencia francesa del G20 hasta el ayuntamiento socialista de París, pasando por ONG y medios de comunicación tradicionales. «No nos impide escribir artículos muy críticos con esas instituciones», se apresura en apuntar el data-periodista.

Aquel peculiar modelo económico no nació de un plan concebido en los despachos de expertos en marketing y comunicación, sino de «un cúmulo de casualidades que hemos sabido aprovechar», confiesa. Y admite que su criatura podría seguir «mutando». «Estamos hoy en un punto donde más que un escaparate, Owni se ha convertido en el principal activo de la compañía y quizá mañana sea su motor financiero», recalca Kayser-Bril.

«Todavía no hemos encontrado un modelo de negocio que nos permita hacerlo, pero hemos entendido poco a poco que nuestra especificidad no era crear páginas web para clientes, sino descifrar y volver más ‘digerible’ la actualidad. Hoy, intentamos de-geekizar la línea editorial. Hablamos mucho más de sociedad y de política y menos de nuevas tecnologías.»

«Tantear, probar fórmulas, equivocarse… Es algo vital hoy cuando se están inventando tantas cosas en Internet», subraya Laurent Mauriac, director general de Rue89, otra web francesa de información que ya ha trabajado con Owni. «Es algo que Owni hace muy bien, así que su trabajo puede interesar a muchos medios que todavía no se atreven a probar cosas en Internet.»

A Kayser-Bril le traumatizaron sus primeras prácticas en medios «tradicionales»: «El copiar y pegar, el amontonarse para cubrir todos la misma rueda de prensa y luego escribir el mismo artículo…», cuenta con un puntito de asco. Pero, sobre todo, recuerda «la falta de espíritu de riesgo y la incompetencia técnica: he visto cómo medios pagaban 10 o 100 veces más de lo necesario para hacer una nueva web, porque no sabían que existen soluciones de código abierto.»

Hay que ponerse las pilas, aconseja. «La sociedad no va a esperar a que los periodistas aprendan a manejar las nuevas tecnologías. Si no lo hacen rápidamente, serán los geeks, los programadores y los informáticos quienes presentarán la información. Ya ha pasado con Julian Assange, un hacker que nunca fue periodista».

Mientras, el platillo de Owni vuela a velocidad de crucero. En 2010, fue la primera web francesa en recibir un premio de la Online News Association, los Oscar del periodismo digital. Sus fundadores acaban de volver de Austin, Texas, donde estaban nominados para el premio Accelerator del «ultra-cool» festival South by South West.

En Francia, Owni piensa lanzar una radio en Internet y una versión papel de su Web («claro que siempre se necesitará el papel», aseguran). Desde finales de 2010 existe una versión en inglés de Owni, centrada en temas europeos y gestionada desde París. Y antes del cierre del año, apostarán por una versión americana desde el centro neurálgico de Internet, la costa oeste de Estados Unidos.

¿Tanto dinero les da la venta de aplicaciones? Mantener un equipo de casi 40 personas ya de por sí es muy caro en Francia. ¿No temen quemarse las alas por volar demasiado rápido? «Nuestro modelo económico es viable y sano», se defiende Nicolas Kayser-Bril, que lo contrasta con el de muchos de sus competidores. «Ya han quemado varios millones, mientras todo lo que hemos hecho hasta ahora ha costado un millón de euros.»

Esperan cerrar el ejercicio 2011 (en junio) con un volumen de negocio de unos 2,7 millones de euros. Está a punto de concluirse una nueva ronda de financiación de unos 1,5 millones, que serán destinados en gran parte al I+D de la parte francesa del proyecto. Y prevén otra dentro de poco para financiar la web americana.

«Funcionamos como todas las start-ups de nuevas tecnologías, con material open-source y sin patentes», se ríe el veinteañero. «Así que nuestro único coste son los empleados. Toda nuestra economía funciona sobre el ‘talento’, como dicen los ‘pros’ del marketing».

Fuente: Periodismo con Futuro