Por Luigi Keynes
Las palabras de Fidel Castro que recorrieron el mundo en un claro aval para que se inicien profundas reformas en Cuba y se de por terminado así un régimen brutal e ineficiente cada vez mas anacrónico, a mi criterio marcan el hito de la caída del último bastión histórico del marxismo en el mundo.
Alguien podría decir que Venezuela y Bolivia vendrán a cubrir ese espacio. Pues yo disiento con esa idea, pues ni Chavez ni Morales tienen la relevancia mundial de Castro; ni creo que esos regímenes sean sustentable en el tiempo; además ambos si bien usan discursos y algunas herramientas marxistas no son mas que gobiernos populistas mas similares a una forma peronista e indefinida de perpetrar nombres en el poder que formas marxistas de administrar un país.
Y es que el marxismo en sus bases no era mas que un sistema deshumanizado, determinista, fundamentalista y extremadamente ineficiente. La base científica del marxismo es pobre, débil y se basa en demasiadas suposiciones y en un análisis histórico que si bien es interesante (y sólo interesante) para estudiar el pasado pero que a la hora de crear políticas proactivas y hacia el futuro es absolutamente inservible. Y lo peor de que el marxismo tenga fundamentos científicos tan vagos es que es fácilmente manipulable.
Si el marxismo se ha impuesto en algunas épocas y partes del mundo es porque obligaban a las personas a hacerlo a punta de pistola o es porque esas sociedades no conocían otra cosa. Y alguien dirá, entonces con el fin del marxismo, estamos frente al triunfo del fundamentalismo de mercado? (también mal llamado “neoliberalismo”)
Mi respuesta a esta pregunta es que el fundamentalismo de mercado también ha fracasado aunque de una forma menos estrepitosa pero igualmente destructiva que el marxismo. El fundamentalismo de mercado no es mas que una versión simplista, manipulada y degenerada del liberalismo.
Muchos pueden estar en desacuerdo con esta idea, pero creo que el marxismo y el fundamentalismo de mercado son muy parecidos: ambos son deterministas, manipulados, antidemocráticos y terminan en sociedades donde pocos controlan la mayor parte de los recursos mientras las mayorías quedan marginadas en el reparto de la riqueza y el ingreso.
Estamos en un mundo nuevo donde la gente quiere participar cada vez mas de las cosas que le afectan directamente, desde los bienes y servicios que consumen hasta las políticas que influyen a su entorno social; y ahí es primer gran punto donde ni el marxismo ni el fundamentalismo de mercado pueden dar respuestas, porque ambos esconden un profundo elitismo (ya sea económico o político).
Estas nuevas demandas de los individuos no sólo ponen en crisis las bases de estos sistemas, sino de toda la democracia representativa, la cual estoy convencido ha iniciado su proceso de decadencia y será reemplazada de una forma gradual por una democracia directa, pero este tema lo dejo acá nomás y lo trato en otro post futuro.
Volviendo a la idea del fin del marxismo, la pregunta que queda hacerse, es si esto representa el fin del socialismo?
Pues acá tengo una visión que en principio puede parecer paradógica. Estoy convencido que el fin del Marxismo va a representar el renacimiento del Socialismo de una forma seria y constructiva alejándose de los vicios del reciente difunto.
El año pasado hice una pequeña clasificación del socialismo que creo útil citar y complementar antes de seguir:
- El viejo y populista marxista liderado por Castro y Chavéz (aunque este último usa esta retórica y algunas herramientas marxistas, pero en realidad creo que es una forma de oportunismo análogo al peronismo argentino).
- La socialdemocracia, moderada y muy inspirada en la izquierda europea, a la cual adhieren casi todos los partidos progresistas y socialdemócratas del continente.
- El nuevo socialismo, el cual puede decirse está inspirado en la izquierda estadounidense, aunque sus bases mas bien son globales; a la cual personalmente me siento mas cercano.
Sobre el marxismo ya hice mi crítica.
La socialdemocracia si bien es preferible al primero, presenta varios problemas. En primer lugar suele estar representada por individuos titubeantes con serios problemas de liderazgo, esta gente está tan empecinada en consensuar todo que suele naufragar en la indecisión. En segundo lugar, muchos de sus seguidores aún están contaminados por algunas ideas marxistas y suelen mirar con cierto romanticismo la Unión Soviética y la Cuba comunista.
La gran virtud de la socialdemocracia es que suele tener las mas avanzadas y progresistas políticas sociales y representa la vanguardia en todo lo referido a derechos civiles.
Su gran problema es que no tiene políticas económicas autóctonas y en tiempos de prosperidad el peor de los casos recurre al marxismo y en el mejor al keynesianismo; y en tiempos de crisis suele quedar arrinconada por los sectores conservadores y termina aplicando destructivas políticas de ajuste delfundamentalismo de mercado.
Y como les decía, el marxismo y el fundamentalismo de mercado son atroces, siempre llevan a mal puerto; pero el keynesianismo si bien es preferible a estos, ya resulta anacrónico, pero lo peor de todo es que abusan tanto de él (recordemos que por definición estas políticas sirven para tiempos de crisis) que lo aplican en tiempos de prosperidad profundizando las presiones inflacionarias o la especulación, que son el germen de futuras crisis.
La socialdemocracia es contradictoria, indefinida y titubeante; lo que la hace fácilmente absorvible por el nuevo socialismo.
Yo pongo mis fichas en el nuevo socialismo y creo que con el fin del marxismo se verá beneficiado pues habrá menos alternativas dentro de la izquierda y los socialdemócratas tendrán menos cosas para confundirse. Creo que la socialdemocracia evolucionará hacia este nuevo socialismo global, digital y con una importancia decreciente del estado.
El nuevo socialismo es extremadamente abierto, práctico y sus bases son liberales, es como que retrocede hasta los padres del liberalismo, humaniza su análisis, se saltea a Marx y sus amigos (aunque le “roba” algunas herramientas), aprende de J. M. Keynes pero no lo sigue ciegamente y luego abre sus puertas hacia todas las formas alternativas de ciencia económica, y no sólo el liberalismo y las ideas de raíces europeas.
El marxismo era reaccionario. La socialdemocracia es adaptativa. El nuevo socialismo es innovador y desprejuiciado, su compromiso no es con alguna u otra ideología, su compromiso es con el objetivo de una sociedad dinámica, productiva y humanizada.
El gran desafío que tiene por delante el nuevo socialismo es crear políticas económicas autóctonas y de una manera urgente, para no caer en los mismos vicios que la socialdemocracia, y en este plano seguramente es muy importante todas las raíces científicas de la economía que no son liberales, creo que allí están las fuentes de políticas propias.
Murió el Marxismo! y como ya no estará confundiendo a la gente, el Socialismo está renaciendo en una forma mas viable!
+ El Blog de Luigi Keynes
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