maximo tell

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Algo así como un Reggaeton made in Texas

In AguaSuaves, Exclusivos, Rudy on 21 julio, 2010 at 10:29 AM

Por Pamela Rudy

Desde Puerto Rico

Bret es un hombre americano, nacido en Texas, procedencia de la cual reniega por su mestizaje mexicano. De hecho cuando se enteró que yo era de Argentina, se extraño mucho y me confesó que en su espereotipada cabeza, todos los hispanoablantes ¨tienen cara de mexicanos¨. El suena despectivo a cada palabra, sea cual sea el tema. Creo que la arrogancia es parte de su tono de voz.

Nunca quise entablar una charla con él. Muchas veces lo escuché discutir a gritos con otros inquilinos y eso dio paso a mi repulsión. Es alto, debe medir un metro noventa, extremadamente flaco y un tanto encorvado. Tiene pelo rubio canoso, prácticamente blanco y largo hasta sobrepasar sus hombros. Nunca pude ver sus ojos porque usa lentes oscuros sin importar si el sol lo acompaña, pero que por su blancura debe evitar.

Camina con pasos largos y lentos, movilizando sus enorme brazos como para darse impulso. Vive en el primer piso de la pensión y suelo encontrarlo en el balcon fumando de su pipa negra, situaciones en las que muerde resentido sólo con la mirada. Jamás lo saludo y él no fuerza mi cortesía.

Hoy llegaron a la pensión dos sudafricanos de esos que son cuasi payos y hablan con acento inglés. Son chicos ¨super cool¨, que llegaron a la isla en busca de olas para surfear, alcochol y chicas. Luego de la cena, subí a la terraza a tomar aire fresco y ahí estaban los dos muchachos borrachos, junto a Bret. Jugaban al poker y bebian ron, cervezas (conté 15 latas vacías) y por el estado del cenicero, ya eran varias las etiquetas de Malboro despachadas.

Por primera vez en 5 meses, el misterioso hombre se dirigió a mi para ofrecerme un asiento en el festín. Sabía que iba a escuchar muchas cosas desagradables, pero la curiosidad suele ser más fuerte que yo.
Los comentarios ¨air head¨ de los pequeños saltamontes poco me importaron. Lo que sí, logré evacuar bastantes dudas sobre el hombre americano.

Tiene 48 años y vive en Puerto Rico hace dos. ¿Su vida? la nada. Sirvió a la marina de los Estados Unidos desde los 18 años y cuando finalmente consiguió su retiro, sin familia y con mil complejos, decidió que quería envejecer en el verano eterno. «Yo quiero ser un viejo de 80 años y estar surfeando y fumando marihuana como a los 20″. Borracho repitió esa frase mucho más de lo que él piensa.

Se nota que la sociedad no es su mejor compañía. Odia el idioma español y no tiene entre sus planes aprender a hablarlo. También corrige con desprecio mis imperfecciones en el inglés. No hizo jamás una pregunta a ninguno de los presentes, signo de que la vida de los demás poco le interesa. Él solo hacía comentarios de cuán mala es la comida boricua, de cuán caros son los taxis, de las cucarachas de la pensión y de lo mucho que odia la salsa… como si nos importara saberlo.

Yo, con mi justificado desprecio hacia sus comentarios, puedo llegar a entender el por qué de sus quejas. Él no hace nada. Creo que cuando las personas llegan a ser improductivas, incluso en sus provias vidas, sienten un grave recelo por las culturas en la que viven, luchan y son mucho más de lo que tienen. Hasta sentí una gota de compasión por un hombre tan solo que a temprana edad tira la toalla con ambiciones adolescentes.

Hubo un detalle inesperado que me arrancó largas carcajadas (no enfrente de él, por supuesto). Bret ama el reggaeton. Si, leiste bien. Cuando hablar del ritmo, levanta los brazos y mueve sus caderas con un swing brusco y abrumado por sus largas extremidades. Prefería haberlo imaginado bailando antes que verlo, pero repito: me agarró de sorpresa.

Dice que es el ritmo del futuro y que esta siendo censurado. Reniega que en los festivales de la isla lo reemplacen por la salsa que es «cosa de viejos». Inmediatamente nos mostramos entusiastas con el reggaeton, fue rápido a buscar su computadora y comenzó a sonar Calle 13 a todo volumen en aquella confundida terraza. Parecía un niño.

Me preguntó el significado de varias frases y yo, sorprendida por que al fin me dirigía una pregunta, le salvé varias dudas pero sin explayarme demasiado. Si, quizás debí ser más gentil, pero no entiendo por qué dice odiar el español cuando es fanático de la musica que honra la jerga literaria de la nueva generación. Le dije que si quería saber más sobre las letras, sería mejor que aprenda el idioma. «Ni en mis sueños» dijo entre dientes y yo no iba a seguir alimentando su falso ego de americano autosuficiente.

Quién sabe cómo fue su pasado. Nadie es quién para juzgarlo. Él pretende que la gente le tema y, al fin y al cabo, es la manera más fácil que encontró para hacerse respetar. Quizás un mágico toque del hermoso destino lo haga dedicarse a vivir sus pasiones… en lugar de morir frente a todos sus temores.

Esta autora es Columnista permanente de este Blog

Los caminos han vuelto a tirar los dados y parece que Pamela viaja a otro país, por lo que pronto nos contará ese proceso de cambio y nuevas historias desde el destino elegido.


Dos locos del desamor

In AguaSuaves, Exclusivos, Rudy on 13 julio, 2010 at 9:09 AM

Por Pamela Rudy

Desde Puerto Rico

A Charlie lo veía hasta en la sopa. El vive en la calle, yendo y viniendo con su bicicleta negra, no importa si llueve o es día de playa. El conoce a todo habitante de Viejo San Juan y después de unas cuantas cruzadas tuve el honor de que me salude a mí.

Vende remeras que él mismo tiñe o estampa y sólo te ofrece una si sos considerada una persona hermosa. “Tu sabes como es: si alguien ve una remera mía en una chica fea, jamás va a querer comprarme”.

Él es un hombre esbelto de piel negra, un metro noventa de altura, 41 años y pelo al ras de su perfecta cabeza. Nació en Boston y hace cuatro años decidió hacer un cambio radical de vida y se vino a la isla del encanto. Él tiene mil historias en su cabeza, lo sé,  y de a poco las voy sacando.

Pamela: hola Charlie, como estas?

– Charlie: Muy bien, buscando algo nuevo. Me parezco a mi esposa. Ella me dejó antes de venir para aquí y yo sabía que iba a pasarme porque lo nuevo esta de moda. Primero quería un nuevo carro y lo compramos, nos mudamos a una casa nueva, tuvimos un perro nuevo, nuevo gato,  nuevo pantalón, nueva camisa, nuevo trabajo, nuevo cuerpo (se hizo las tetas) y obviamente quiso un nuevo marido!

Pamela: tenés razón, suena feo pero es verdad.

Charlie: ojo he, yo no soy ningún dormido. Fui a donde mis amigos con una nueva novia. “!Charlie estas casado!” me dijeron asustados. Y yo les dije la verdad: a mi también me gusta lo nuevo y la diosa tenía 15 años menos que yo, ¿qué te parece?

Pamela: sabía que ibas a salir con algo así!

Charlie: es que de chiquito yo era negro, nerd y enano. A mi me pegaban en la escuela. Es que los niños son tan crueles, no tienen piedad. Ahora que mido dos metros y ando por las calles, me encanta asustarlos para que sientan lo que yo sentí. Y ya no me quedo atrás por nada, menos por una mujer. – Se queda pensativo mirando al vacío por un momento- Que crueles los niños, no sé ni siquiera por qué me acuerdo de eso, yo no quiero hijos, eso de criar diablitos está fuera de mi mente.

Cuando habla mueve mucho las manos y juega con las miradas. Cuando te pregunta algo no mira a tus ojos sino hasta después de una pausa al finalizar su indagación.

En Boston trabajaba de mozo en un bar de streappers. El le dijo a su esposa que sólo le sería infiel si encontraba a una mejor que ella y su mujer, orgullosa, aceptó el reto. “Nunca encontré a una mejor y esa es la verdad. Ahora que me dejó ya no tiene sus encantos y no se anima a venir a visitarme, le da vergüenza su cuerpo, ya perdió sus armas”. El no se da cuenta de la cantidad de veces que la menciona. Por cada anécdota, un recuerdo la trae a su mente.

Café Puerto Rico, Viejo San Juan

Teresa es una luchadora de la vida. Mujer hermosa, de unos 45 años, alta con curvas de perfecta guitarra, ojos celestes, pelo carré y rubia sofisticación. A ella la encuentro todas las noches en Café Puerto Rico,el bar al lado de mi trabajo. Una noche fui allí a cenar sola y se sentó junto a mi a beber una copa de vino.

Nació en Tennesse y hace 25 años se mudó a Puerto Rico a empezar de cero tras una fallida relación con quien fue su primer pareja. “Yo era el, el era yo, 15 años juntos, respirábamos al unísono” comenta con ojos perdidos. Vivir en San Juan no ha sido fácil para ella. Ha trabajado en muchos sitios y ha conocido a muchos hombres.

Sin embargo, recién llegada, conoció a quien sería el segundo amor de su vida, con quien compartió diez años y dio a luz a dos niños, hoy veinteañeros con rumbo propio. Trabajó junto a su hombre en ese tiempo pero nada es para siempre y el amor se fue.

“Yo le fui sincera. Una mañana llena de sol le dije que ya no lo amaba y que dormir juntos era una mentira. Arme mis valijas y me fui sola, me mude a un hotel por un tiempo y claro, ya no trabaje con el. A empezar de cero nuevamente. Nosotras las mujeres podemos hacerlo, solo que no nos damos cuenta”.

Teresa paso por mucho pero hoy tiene un trabajo estable de buena paga y gente a la que adora y agradece, como los chicos del bar al que asiste cada noche cual cita imperdible. “Yo no tengo familia en este país, mis hijos ya no viven aquí y el resto quedo en mi ciudad natal. Imagínate como le agradezco a estos mozos que me dejen quedarme en noche buena”.

Para colmo de males, el amor le da tanto como también le quita. Este año conoció a un hombre de su edad que parecía ser su autentica mitad complementaria. A los 5 meses de salir decidieron mudarse juntos y todo iba viento en popa hasta que descubrió que el tenia una amante y que, de hecho, la mujer visitaba su casa cuando ella no estaba.

“Yo no pude creer que un hombre maduro se ponga en eso. Pero es así, a empezar de nuevo otra vez. Fue de todos el que mas me dolió. Pensé que nunca mas me quedaría sola. Pamela, los hombres están cabrones, nunca te olvides de eso”.

Ella me alienta y es el mejor oído del barrio cuando me siento mal. Ella se ha caído miles de veces y se ha levantado… SOLA.

Suena loco, pero amaría que Charlie y Teresa se conocieran. Ellos son tan diferentes como complementarios. Los dos solos, ambos descreídos del amor, apasionados de la vida y con ganas de seguir jugando, sin miedo a perder y ver que la línea de llegada se vuelve a la distancia del inicio.

Mis amigos sabrán, soy una celestina en potencia. He unido a tres parejas. Una de ellas termino tras 5 años de noviazgo y dos de ellas siguen en pie (derecho al altar aunque quieran negarlo).

¿Es mi corazonada o ya el destierro me está afectando los sentidos? Ojala se vean, un cruce de miradas será mas que suficiente.

> Esta autora es Columnista permanente de este Blog

Mi Mundial 6: la pasión es contagiosa

In Exclusivos, Rudy on 28 junio, 2010 at 9:29 AM

Por Pamela Rudy

Desde Puerto Rico

Continuación de Mi MundialVol. 2Vol. 3, Vol. 4 y Vol.5

El partido de Argentina contra México tenía algo especial: al parecer los boricuas no querían ver festejar a los aztecas porque «eso sería algo insoportable» (el comentario general) quizás debido a la cantidad de mexicanos que viven aquí.

El viernes en el gimnasio me di cuenta de que el mundial realmente está comenzando ahora. Gente que jamás fue fanática del fútbol se encontraba sin querer discutiendo si Alemania le ganaría a Inglaterra o si el equipo de Ghana daría el zapataso al equipo americano.

Los atletas estaban a favor de Argentina… todos excepto el haitiano hincha de Brasil que se sigue riendo de mi y comenta cada tanto, sin ningún tipo de respaldo ni justificación, que mi equipo está jugando mal y que Messi es un nadie. Yo lo dejo que hable… pobre.

Este partido fue diferente. Por empezar, no lo vi sola ni en un bar. El sábado por la noche mi compañera de trabajo y amiga, Daniela, me invitó a ver el partido con su grupo de amigos, invitación que no dejé pasar. Nos reunimos en nuestro lugar de trabajo el domingo a las 2 y volando compramos una cervezas y salimos disparando a la casa de Gabriel que por suerte vive bien cerca.

Llegamos al lugar, yo con mi camiseta puesta por supuesto, y al entrar a la casa sentí una emoción enorme y creo que los allí presentes lo notaron porque no pronunciaba palabra y mi timidez momentánea no me dejó siquiera sentarme. Fue una mezcla de nostalgia, emoción y alegría. Dios sabe cuánto yo deseaba compartir ese partido con gente tan hermosa. Al fin estaba con mis nuevos amigos disfrutando de un momento único para mi.

Daniela, una mujer mágica y cálida; Ian, un amigo mitad uruguayo pero gracioso simpatizante argentino; Gabriel, con quien compartí poco pero reí mucho; Valerie, ganadora oficial de billar y mujer con un estilo envidiable; Ileana, una chica tan simple como llena de energía; Eduardo y su mujer argentina con su pequeña hija Abril, que con su vocecita divina y sus pasitos me recordó a mis sobrinas hasta que se me acurrucó el corazón; también estaba el papá de Juan, un hombre rosarino que en esta ocasión me recordó a mi padre, y la mamá de Gabriel, una mujer simpática que se fue temprano para ir a misa (como mamá).

Estábamos todos allí, juntos, compartiendo una pasión contagiosa por la albiceleste. Me senté en el piso frente al televisor y me dediqué a sonreir. Estaba feliz. Creo que lo mencioné antes pero Dios sabe cuánto yo deseaba compartir ese partido con gente tan hermosa.

Cervezas de por medio, los primeros 15 minutos del partido se vieron difíciles y la tensión se vivía entre nosotros. Para colmo de males, los relatores de turno en Univisión eran mejicanos. El primer golaso (adelantado pero «lola» que lo validaron igual) lo gritamos con fuerzas.

Argentina, Tevez y el festejo

Grande Carlitos Tevez, confieso que «el apache» es mi jugador preferido. Segundo de Higuaín, golaso indiscutible. Estabamos todos contentos, más relajados y acompañados de pop corn salado. De todos modos Ian juraba que ganaríamos por cuatro a cero así que vamos Argentina que falta mucho por hacer.

En el estretiempo Eduardo tuvo una brillante idea: gracias a la tecnología, conectó su Iphone con el televisor y fue glorioso: no se de dónde la voz de Macaya Marquez comentaba el entretienpo del partido y todos, respetuosos y en silencio, escuchando atentos cual alumnos frente a u profesor de lección ineludible.

Fui al baño (confieso que hasta eso me da miedo a veces en términos de cábala cuando vamos ganando) y volví a sentarme al mismo lugar que antes para seguir gozando. El tremendo golazo de Tévez nos agarró de inésperado y ahora si Carlitos, qué haríamos sin vos.

El gol de méxico (gracias a la notable inacción de Romero que levantó su manecita como para atajar una pelotita de ping pong) no preocupó a nadie. Sólo sirvió para alimentar la esperanza del pobre relator que no se cansaba de decir que aun estaban a tiempo de cambiar el rumbo del partido. Pero los minutos pasaron y abrazamos la victoria que alimenta el sueño de los argentinos.

Terminó el juego y me llamó mi papá. Salí afuera a hablar con él porque las lágrimas se me caían y por alguna razón no quería que me vean tan emocionada. «Claro que te voy a llamar hija, si ya es nuestra cábala!». No puedo adorarlo tanto, es algo cruel. Mi familia estaba entre mates post asado en la casa de mi hermano Jorge. Yo estaba feliz de sentirlos cerca en mi corazón y de al fin, no estar tan sola para festejar.

Nos quedamos en casa de Gabriel comentando el partido, jugando al dominó y pasando una tarde cálida y hermosa. Al rato volvimos a agruparnos frente al televisor para escucharlo al Diego en la  conferencia de prensa. Y es verdad, déjennos disfrutar de las victorias una por una.

El mundial se pone salado, los sueños tiernos y el cielo cada vez más celeste. Sábado, espero que me hagas regocijar de alegría como lo hizo tu hermano el domingo. Sigamos humildes argentinos, el oro o el barro estan a la vuelta de la esquina.

La figura y mi jugador favorito

Mi Mundial 5: camiseta transpirada

In Exclusivos, Rudy on 23 junio, 2010 at 1:40 PM

Por Pamela Rudy

Desde Puerto Rico

Continuación de Mi MundialVol. 2Vol. 3 y Vol. 4

Y llegó el tercer partido del mundial, el que suponía que ya estaba «cocinado», fue algo diferente para mí. Tuve que romper con muchas cábalas y eso realmente me asustó en demasía.

  • Por empezar, vi el primer tiempo desde mi trabajo (una tienda de ropa de alta costura) en medio de preparativos para un desfile de modas a comienzos de Julio.
  • Segundo, ya no podría vestir mi camiseta durante este periodo porque la informalidad no forma parte de mi uniforme diario. Gracias a dios, mi turno de trabajo terminaba a las tres y media por lo cual, con mucha agilidad, me cambiaría para ver el segundo tiempo desde el gimnasio.

Y así fue, vi la primera mitad desde el trabajo con mucha bronca porque la tranquilidad no me acompañaba. Llamadas, casting de modelos, el nuevo shooting para el lookbook de verano, los sponsors del desfile, los trajes nuevos, el catering del fashion show, bla bla bla y yo solo quería ver a mis nenes jugar con su camiseta azul hermosa!

El streaming de canal 7 no me funcionó en todo el partido, yo quería los comentarios de Macaya Marquez o alguien conocido! En cambio tuve que conformarme con escuchar los relatos de Univisión, un mexicano y un venezonalo ignotos a los que muchas veces quise mandar a apedrear directamente. Los goles no aparecían y la culpa me empezaba a pesar… MUCHO.

«Es que tuve que cambiar las cábalas más fuertes, mirá si pierden voy a ser la única culpable» me repetía mi mente siniestra.

Llegó el entretiempo y gracias a Dios mi turno de trabajo terminó. Urgente me cambié en el baño y ahora si me sentía en calma y armonía con el día: tenía mi camiseta argentina puesta y dispuesta a sudarla. Próxima parada: gimnasio olímpico de San Juan.

Llegué apuradísima, dejé mi mochila en el vestuario y me subí a la bicicleta que queda en frente del televisor. El segundo tiempo ya había empezado y al verme ingresar al gimnasio con la albiceleste escuché comentarios como «llegó Messi» o «Che estas shegando tarde Che» a lo cual yo respiro hondo y sonrío, ese tipo de comentarios agota mi adorable paciencia a diario.

Tenía dos compañeros mirando el juego conmigo. En la bicicleta de mi izquierda un hombre robusto, de unos 35 años, poco atlético y muy charlatán. A mi derecha, el presidente de la asociación de atletismo, un hombre de unos 40 años, alto, esbelto y sumamente ubicado.

Yo iba a mil kilómetros por hora en la bicicleta, estaba nerviosa, con mucha ansiedad. Para colmo de males, el hombre de mi izquierda comenzó a abrir su boca al mejor estilo monólogo con frases como

…»y quien es mejor para vos, Maradona o Pelé? porque yo creo que Maradona es un drogadicto y encima me contaron que no lo dejan entrar mas en Italia porque no pagaba sus impuestos, a mi no me gusta, no sé cómo esta en un mundial después del daño que le hizo al balón pie. Me da ternura, quiero que gane porque ya esta viejo y debe tener muchas deudas» o excentricidades como:

…»a vos quien te parece más lindo, Ronaldo o alguno de tu equipo? porque ahora estan todas las mujeres locas por ese que es modelo de Armani viste»… también dijo barbaridades como «ustedes solo juegan al fútbol, no? o tiene algún otro deporte fuerte?».

Yo hacía de cuenta como que tenía un panal de abejas molestandome en mi oido izquierdo, pero si ataco a la abejita la misma me pica. Guardé silencio pero este ingrediente extra de impotencia y ansiedad me tenía loca en la bicicleta. Los goles se hacían esperar y este hombre berborrágico no me dejaba ver en paz!

Corner corto para Argentina y mi amor Demichellis (sorry Evangelina) cabecea, rebote no sé que más y concreta el primer gol. Imaginate, yo que venía a 100 kilómetro por hora en la bicicleta, me paré de golpe y perdí el equilibrio! Yo no me caí, se me cayó la bicicleta hacia la derecha y allá fuimos juntas contra el presidente de la federacion de no se que!!!!!

Micho me dejó en el piso

El que vió mi cara, todavía se está riendo. Unos de los personal trainers que estaba trabajando vino a ayudarme porque durante un segundo todos miraron y nadie hizo nada. Obviamente, como quien mejor discimula la cosa, me largué a reir porque aun no conseguí mejor remedio para aliviar la vergüenza que sentía en ese momento. Todos se estaban riendo de mi, TODOS. Y que podía yo hacer? Reir con ellos, si total ya íbamos ganando 1-0.

Entra Palermo y mete el segundo gol. Yo a esta altura ya me había bajado de la bicicleta y miraba el partido de sentada, tranquilita y feliz. Que lindo fue verlo a Palermo festejar, le brillaban los ojos y sus compañeros lo abrazaban con un cariño especial.

Argentina ganó dos a cero ante Grecia y se clasifica con puntaje perfecto. Todo el gimnasio se acercó a darme la mano y a felicitarme.  Incluso me llamó mi jefa para festejar conmigo.

Me acerqué al hombre «abeja» y le dije con mucho respeto:

…»vió que ganamos! yo no le discuto si a usted le gusta más Pelé, pero la próxima vez que hable sobre Maradona con un  argentino, nunca descuide que esta hablando de un Dios y es ése el respeto que merece. A propósito, tenemos tenistas increibles, varios argentinos en la NBA, equipos de rubgy y hockey femenino entre los mejores del mundo y hasta un golfista ganador del abierto de los Estados Unidos». Creo que la parte más pacífica de mi apellido sale a la luz de vez en cuando.

Y así me fui a festejar solita con unos mates, moretón de por medio en mi rodilla derecha.

Nos espera méxico y eso es grave: hay muchos moros en la costa y muchos hinchas por convencer a que se pasen de bando. Hay un haitiano que vive cerca de donde yo trabajo que le va a Brasil con todos sus fuerzas. Cuando me vé, solo me grita «Brasiiiiiiiiiil Brasiiiiiiiiiiil» y se larga a reir como loco lo cual me enfurece. ¿De qué te reís corazón? Veremos que pasa, a los partidos hay que jugarlos y hoy sí que transpiré la camiseta.

> Esta autora es Columnista permanente de este Blog

Mi mundial 3: la gente no entiende nada

In AguaSuaves, Exclusivos, Rudy on 15 junio, 2010 at 9:50 AM

Por Pamela Rudy

Desde Puerto Rico

Continuación de Mi Mundial y Mi Mundial 2

Creo que no fui la única argentina que el viernes por la noche no pegó un ojo de la ansiedad.

A pesar de que el dueño del café  Siglo XX había prometido una ronda de cerveza por cada partido que nuestro equipo ganara, decidí ver el primer partido de la selección en Fefo’s por una simple razón: queda exactamente al lado de donde vivo. Además, el jueves entraba a trabajar a las 12 y como el partido terminaba 11.45 no hubiese tenido tiempo de tomar mi cerveza, cambiarme la ropa, maquillarme y demás para llegar a tiempo al work (excusas de vaga, por supuesto).

Me levanté de la cama con el pie derecho, me puse mi camiseta (tengo la de Hockey femenino, cuello mao con la gran estampa de VISA en el frente, sin mangas) acompañada de una minifalda blanca y zapatillas del mismo color. Bajé al bar elegido y me sentí observada. No solo era la única argentina en el lugar, sino que en ese momento sólo había estadounidenses desayunando.

Pensé rápidamente en salir corriendo hasta el otro bar, pero ya la moza (muy amiga) me estaba preparando una ensalada de frutas con yougurt y miel por que sabía que eso pediría. Además, mis nenes ya estaban en pantalla, todo hermosos con sus camisetas fatales (este modelo les marca más los brazos), todos súper concentrados, con cara seria y esperanzada. Sana envidia a Evangelina Anderson. Si Romero está soltero me avisan, yo lo Googlie y no sale nada de su estado civil. Quién te dice, mi vida está muy loca, uno nunca sabe.

Yo estaba muy emocionada. Cuando comenzó a sonar el himno y los muchachos se abrazaron, se me llenó el pecho y comencé a lagrimear.

Comentario recibido número 1: me toca la espalda una joven americana de unos 18 años “are you from Argentina? i mean, does your song have any liryc? cause i didnt hear any” esto es traducido “¿El himno de ustedes tiene letra? por que no la escuché”. Mi amor, divina, my dearest darling, preciosa… claro que tiene letra y en todo momento habla de la libertad de nuestro pueblo de países como los tuyos. Termina diciendo: juremos con gloria morir y así de fuerte van a luchar esos hombres en el mundial porque nos están representando con pasión, una de las tantas cosas que no compras ni con Mastercard ni con tu amada American Express. Agradecé que la introducción del himno no tiene letra corazón, sino yo estaría demasiado revuelta en este lugar. Si tenés alguna otra duda te la contesto en 90 minutos, thanks!.

Comenzó el partido y yo sentía una mezcla de nervios, ansiedad, alegría y demás hierbas. Ya no me importaba si era la única argentina en el lugar, me sentía acompañada en el sentimiento con todos mis compatriotas que en ese momento estábamos frente a un televisor del tamaño que sea, donde sea y como sea. Tengo que serles sincera, el gol de Heinze me agarró de sorpresa mientras pedía un vaso de agua (me quise matar). La emoción fue tan grande! Me paré de mi silla y me quede estática riendo por varios segundos, feliz!

Comentario 2: la yanki de la mesa de atrás lanza al viento un «i dont understand how can people like this game. I mean, hello! 20 guys just running to get a ball in such a big place, it has no sense»… esto es (en tono despectivo) «no entiendo como a la gente le puede gustar este juego. Osea, hello! 20 tipos corriendo detrás de una pelota en un lugar tan grande, no tiene sentido». Quedó de película: a mi se me cae una lágrima y como estaba parada, me di vuelta, la miré, le sonreí y me senté. No la escuché hablar nunca más del tema. La gente no entiende nada.

El partido transcurrió sin demasiados inconvenientes. Si bien me hubiese encantado gritar un segundo gol, el equipo argentino fue claramente superior en el partido. Además recuerdo la conferencia de prensa previa al juego en la que Maradona dijo que comenzaría con un equipo al 6.5 de su potencial total, aún queda mucho por mostrar.

Fui la única que aplaudió y se largó a reír de la felicidad cuando terminó el partido pero poco me importaba lo que piense la gente.

Comentario número 3: mientras subía a mi habitación a cambiarme para ir al trabajo, un huésped me grita «eres la tarjeta VISA más linda que he visto en mi vida». Decime vos, después del triunfo de mi equipo y semejante piropo, ¿Qué más podía pedir?.

El resto de mi sábado fue una oda al amor. Mi jefa me saludo gritando «goooooooooool de Argentina» y me sacó varias carcajadas. Los chicos de Brickhouse (un bar de deportes) pasaron a saludarme a mi trabajo vestidos de punta en blanco con uniformes de fútbol de argentina e incluso el chico que me gusta me llamó por teléfono para felicitarme. A este paso, vamos bárbaro.

El unico «problemita» se registró en horas de la noche. Como todos los sábados, me fui a mi boliche de salsa y mientras aguardaba en la puerta para entrar, se me acerca un conocido con su novia para felicitarme y me viene con el siguiente discurso:

«Felicitaciones por lo de Argentina, muy buen partido. Pero igual ustedes no van a ganar y en realidad no se merecen ganar. Yo trabajo de bartender y los argentinos no dejan propina y son egocéntricos, lo peor. Además se creen que por tener a Maradona, un drogadicto insoportable, y a Messi, un enano de jardín, pueden llegar muy lejos».

Yo no sabía si me estaba jodiendo o si iba e serio. Respiré profundo y le contesté con respeto: «si a vos no te gusta el equipo, bárbaro. Pero no mezcles eso con  mi cultura ni con los ídolos populares por que son cosas muy diferentes».

Al chico le molestó demasiado lo que le dije y comenzó a elevar su tono de voz, a la vez que su novia lo agarraba de la cintura y le decía «basta papi, dejalo ahi» cual gata flora. Yo lo escuchaba y me reía porque me parecía absurdo que un pibe se enoje por… porque… nose por que carajo estaba tan caliente el muchacho! Y seguía diciendo: «yo soy descendiente de alemanes y ganamos 4-0, estamos por encima de todos y vamos a hacer llorar a los argentinos. El mundial es nuestro! Yo estoy con los alemanes porque vengo de esa cultura que es la mejor».

Yo no lo podía creer: «mi amor, yo también soy descendiente de alemanes pero su cultura NO ES LA MEJOR, es diferente. Jamás compares a las culturas porque gracias a eso nos hemos cansado de matar a pueblos enteros. Y si ganaron 4-0, es el primer partido macho! Queda mucho por jugar y dejá que cuando se crucen con Argentina, si es que sucede, el fútbol hable por si sólo».

Sabes lo que me dijo?: «Ves por qué no soporto a los argentinos! Todos se creen superiores y no son más que pura mierda». Después de semejantes palabras, el muchacho me dio la espalda y se fue. Yo lo empujé de la  espalda porque realmente me ofendieron sus palabras. (No lo empujé fuerte, vale aclarar).

La gota que rebalsó el vaso fue su novia que se me acercó sacando pecho y me dijo: «tu lo vuelves a tocar yo te doy en la cara pendeja». Yo me reí porque la chica era dos cabezas más bajita que yo! Y allá se fueron los dos resentidos. Yo miré al chico que trabaja en la puerta del boliche y nos quedamos en silencio por un rato. Creo que aun hoy no encuentro palabras para expresar lo que sentí en ese momento. Pero como no hay mal que por bien no venga, el divino de la entrada, con un poco de compasión, me dejó pasar gratis y me regaló una cerveza. ¿Nadie más quiere discutir?.

Y así ando divagando por Puerto Rico, festejando con algunos, ignorando a otros por cuestión de salud.  Jueves, te estoy esperando! Salud Argentina!

> Esta autora es Columnista permanente de este Blog

Festival de la Palabra Puerto Rico 2010

In Paladar mostaza on 8 May, 2010 at 11:10 AM

En los atlas, Puerto Rico sale siempre en ese lugar incómodo y cóncavo que queda entre dos páginas enfrentadas, par-impar. O fuerzas el libro y la vista o la encuadernación se traga la isla. Sentado en su casa del viejo San Juan, el ensayista portorriqueño Héctor Feliciano utiliza esa imagen para describir la invisibilidad en la que se ha ido sumiendo para España y para buena parte del resto de Latinoamérica un lugar que lucha para que su estatus como cola de león respecto a Estados Unidos no oculte el que mantiene como cabeza de ratón respecto a la América hispana. Su renta per capita es mayor que la de Chile, el vecino más rico del sur, pero menor que la de Misisipi, el estado más pobre del vecino del norte.

Para reivindicar su posición de cruce insular entre caminos continentales, San Juan inauguró ayer la primera edición del Festival de la Palabra . Coordinado por la escritora portorriqueña Mayra Santos-Febre y el español José Manuel Fajardo, el festival ha llenado la ciudad, empedrada de adoquines azules, de carteles en los que una lengua a lo Rolling Stones sale de las páginas de un libro abierto. «Nos quedaremos sin aliento, pero no sin palabras», era la consigna anoche en el inmenso patio del Cuartel de Bajallá. Allí no pudo llegar la voz de José Saramago, efermo, pero retumbó la Bomba -una música de madre africana nacida en Puerto Rico- y el Daniel Mordzinski, fotógrafo argentino afincado en París -o en los aviones- inauguró una muestra de sus retratos de escritores. Efectivamente, si hoy es miércoles, esto es San Juan y si está Mordzinski, el hombre de la cámara en los Hay del universo mundo y en la Semana Negra de Gijón, esto es un festival literario.

Cómo contar la violencia, cómo narrar desde la condición de extranjero, cómo afectó el terremoto al vecino Haití y cómo afectará Internet a los periódicos son algunos de los asuntos que hasta el domingo ocuparán en coloquios, talleres y visitas a centros de enseñanza a autores como Alfredo Bryce Echenique, Sergio Ramirez, Luis Sepúlveda, Gioconda Belli, Rosa Montero, José Ovejero, Leonardo Padura, Mempo Giardinelli, Iván Thays, Martín Caparrós, Luis Rafael Sánchez y Elsa Osorio. (Ver todos los autores)

Por una semana Puerto Rico abandona el lado fronterizo de los atlas de la literatura. (Programa entero del Festival) Estado Libre Asociado de Estados Unidos, la isla ocupa un lugar estratégico en la geografía y la historia pero también en la historia de la cultura española. Sin ella el exilio de muchos republicanos hubiera sido mucho más inhóspito. A unos metros del antiguo cuartel que sirve de sede al Festival de la Palabra, extramuros y a un paso del mar, en el viejo cementerio de Santa María Magdalena de Pazzis, está la tumba de Pedro Salinas. Ajena a la actualidad, Telma Díaz, embalsamadora durante décadas y hoy a cargo del camposanto, enseña el lugar a quien quiera visitarlo. Lo hace mientras habla del poeta de la generación del 27 como «prócer de Puerto Rico».

Fuente: Diario El País

+ Literatura, tabaco y Ron – Revista Ñ

+ El Blog oficial del Festival de Yolanda Arroyo Pizarro

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La Perla es el barrio

In AguaSuaves, Rudy on 7 May, 2010 at 12:41 PM

Por Pamela Rudy

Estoy aquí para contarles algo sobre la música urbana y “la vida en el barrio” o una cosa por el estilo.

Empiezo el texto sin estar segura de lo que voy a escribir y me da un poco miedo contar algo que pueda ofender. Yo no quiero problemas. Sepan disculpar boricuas si mis palabras están sobrantes. Esto es a pedido de un gran amigo que me dijo “redactá ya lo que me acabas de contar” y por él lo hago con mucho placer. Escribo estas líneas desde mi humilde puesto de turista/ciudadana (no de ley) que hace casi dos meses esta merodeando una cultura rica y ambigua, plagada de códigos como creo que solía suceder hace décadas en nuestro país.

Aclaremos antes que nada, para quienes no están al tanto, que escribo desde Puerto Rico, un “país libre asociado a los Estados Unidos”, título por demás interesante para una isla cuya moneda, sistema migratorio, líneas aéreas, servicios públicos, empresas privadas, idioma y política se encuentran “integrados libremente” dentro del sistema americano.

Más de un turista pregunta a menudo cual es el presidente de Puerto Rico y no es una duda grata para aquellos boricuas que desde pequeños aprendieron a ver a su país como una cultura dominada a la que se sigue explotando. “Respondemos a Obama”, suele escucharse a regañadientes, si no es que suena un silencio de indignación. ¿Por qué un país libre no puede elegir a su propio presidente? Sólo el imperio conoce la respuesta y ya me estoy yendo del tema.

San Juan es el parte más antigua de la isla. En la época colonial ésta área se llamaba Puerto Rico y el país San Juan, pero como los barcos españoles partían específicamente a esta zona portuaria, los nombres se invirtieron al modo actual. Por aquellas épocas España construyó dos fuertes de guerra sobre las costas sanjuaninas. Estas enormes construcciones protegían a la ciudad de los ataques extranjeros con gran efectividad. A pocos metros cuesta arriba por encima de estos “morros”, se encontraban las elegantes y lujosas residencias de los colonos y demás gente poderosa de la época.

Ustedes se preguntarán ¿Quién salía a poner el pecho cuando alguien atacaba las costas? ¿Eran los dueños de estas hermosas residencias? Claro que no. Una distancia de aproximadamente trescientos metros separa un fuerte del otro. Allí abajo, sobre el mismo nivel del mar, vivía la servidumbre, los obreros, la clase baja, apartada del resto de la sociedad al azote de la marea y de la guerra. Todo era lógico: abajo los pobres, arriba los ricos.

Sepan disculpar mi pequeña reseña histórica, pero sucede que hoy en día las cosas no han cambiado mucho. San Juan es puerto de cruceros que arriban todos los santos días repletos de turistas hambrientos. Sus residencias siguen siendo las más costosas del mercado, en sus plazas hay enormes esculturas homenajeando a los próceres de la isla (no, no son esos humildes trabajadores que murieron luchando) y ahí mismo, donde vivían los desplazados de la sociedad, hoy se encuentra La Perla.

Algunos lo llaman barrio, otros dicen que es un caserío. Lo cierto es que la gente que nace allí arrastra una identidad hace más de doscientos años, una forma de ver a su cultura que poco tiene que ver con la (con)fusión que trajo el sistema estadounidense a la isla. Ahí abajo siguen estando los trabajadores humildes, los apartados, ahora en convivencia con gánsteres y una serie de pandillas que controlan la zona.

Nadie se mete con La Perla, ni siquiera la policía. Todos están al tanto de que allí se venden drogas y que los ajustes de cuenta son moneda corriente, pero la justicia del barrio hoy parece tener más eficacia que la federal. Basta con conocer a las personas indicadas y mostrar respeto ante todo.

Ese es mi caso. Como soy extranjera y mis rasgos físicos no me ayudan, comencé a bajar al barrio acompañada de gente “habilitada”. Siempre que apareció la oportunidad de dialogar con alguien residente, me mostré calma y aclararé que soy de un país bien del sur, más de lo que ellos imaginan, y que estoy trabajando al servicio de “blanquitos” a cambio de muy pocos “chavos”. Y al parecer eso funciona. Una vez un personaje se acercó y me dijo: “si alguna vez alguien te roba o te hace algo, tú me avisas. Tus cosas aparecerán en la puerta de tu casa y quien te las robó desaparece, eso es fácil”. Todo esto por haberle convidado un cigarrillo con una mirada austera (diferente a la del turista que todo lo sonríe) y eso al parecer le agradó. Así se van moviendo las cosas. Uno de los lugares más peligrosos del país puede ser también uno de los más seguros. Como dije antes, respeto ante todo.

También me atreví a salir con un ex gánster, actualmente músico bien reconocido, y les aseguro que cuando estaba con él o en su ausencia mencionaba que estábamos saliendo, nadie me miraba ni los talones y se iban alejando lentamente, como evitando problemas. Así mismo, este chico sabía absolutamente todo lo que yo hacía y eso sinceramente llegó a asustarme bastante: “ayer fuiste a cenar a Sofía y pediste una pizza con agua mineral. Después pasaste por Niuyoricans Café a saludar, no te quisiste quedar porque había mucha gente, caminaste hasta tu casa y antes de subir te tomaste una piña colada sin alcohol en el Café Guarniex”. Imaginate.

En La Perla se criaron algunos de los grandes raperos que hoy suenan en la radio, bien nutridos de los códigos del barrio. Si Tego Calderón canta “los maté, pero no fue mala fe, hice lo que tenía que hacer” o “no tiren contra mí, qué saben, si ninguno de ustedes ha matao veinte” les aseguro que no hay motivos para creer que su lírica es pura fantasía ficticia y comercial.

Como ya sabemos, el hip hop nace en los barrios y sólo de allí sale su valoración. Por lo menos en Puerto Rico se respeta sólo al cantante cuyas letras se fundan en su historia y por la audacia de las mismas son personas intocables. Ellos tienen el derecho a la palabra y a la representación del barrio. En Argentina se juzga a los músicos cuando se hacen comerciales. Aquí se los entierra cuando hablan de lo que no conocen ni deben.

Los raperos de “letras genéricas”, que suben al podio desde arriba, aquí son arremetidos a muerte por todo el resto que la viene peleando. Por más comerciales que sean, no tienen el respeto de la gente y eso los convierte en profetas sólo en tierra ajena. Mencionar a Daddy Yankee, Wisin&Yandel o PDD es hablar de muñequitos de torta sin estilo propio, a los que a nadie le interesa escuchar. No se trata de “quién vende más discos”, sino de “quién es más real”.

Una de mis conclusiones es que en esta isla el hip hop, el rap, las rimas, siguen existiendo como modo de enfrentar a dos personas y ver quién es el que domina mejor el alfabeto. Siguen sucediendo los combates al estilo Bronx. Cantantes dedican producciones enteras arremetiendo contra sus oponentes y eso los consagra. Si no estás dispuesto a pelear, si tiraste contra alguien y ahora te arrepentís, no pidas perdón: lo mejor sería que no te metas con estos ritmos y comiences a pensar en dedicarte al pop o a la bachata.

Personalmente, aplaudo que las cosas se den así. Es parte de mantener la identidad de la música, que es un reflejo de lo que le pasa al pueblo. En Argentina la cuestión es diferente. Como dice mi amigo George, “los pibes caminan por la Nuñez  (Córdoba) como si estuvieran en el Bronx”. De todos modos no me asusto. Nosotros no tenemos hip hop, pero si creamos otros estilos que reflejaron nuestras historias con raíz y criterio para hacerlo.

Supongo que en los comienzos del tango, se valoraba a los músicos por su arrabal y por la identidad de su canto, bien porteño, de bares, de putas. Y entiendo que fue por eso que se criticó y fustigó tanto a Astor Piazzolla (a quien se comenzó a valorar en Argentina en épocas modernas): muchos no lo consideraban tanguero por la influencia europea jazzística de sus obras. La identidad del tango es muy fuerte. Creo que esa es la razón por la cual no se sigue produciendo como tal, sino más vale reproduciendo. No nos atrevemos a recitar letras que se desubiquen en el espacio temporal original del dos por cuatro. Nos hemos comportado respetuosamente al respecto.

También me quedo tranquila porque nuestro país es un gran productor de cumbia, aunque usted no lo crea. Y no es la cumbia colombiana trágicamente deformada; es una cumbia nueva, tan pesada como quienes se atreven a cantarla en un escenario. Nace en la villa y ahí se queda.
Señores: a los barrios, respeto y a la música, libertad. Salú.

+ Calle 13 – «Querido FBI» por la muerte de Filiberto Ojeda, un militante de independencia boricua

+ Video de Tego Calderón hecho enteramente en La Perla

+ Mas salsa que tu, una banda nueva, con su video arremetedorrrrrr «ten cuidao»

+ Esto es interesante: son dos raperos que arremeten contra arcangel, la competencia que esta por sacar un disco y hablo mal de ellos, el final es bueno y estas situaciones son muy comunes